jueves, 29 de octubre de 2009

Educación Bolivariana aumentó nivel de participación de la juventud venezolana

Al igual que el 12 de febrero de 1814 la juventud venezolana se incorpora en la batalla para lograr nuestra segunda independencia. Ahora los jóvenes participan integrados a la comunidad y son protagonistas del desarrollo endógeno, gracias a un modelo educativo que garantiza la desenajenación
Por: Carlos Ibarra (*)

Durante los ocho años del gobierno liderado por Hugo Chávez, la Juventud venezolana ha sido la protagonista esencial e indispensable de este proceso de cambios sociales, políticos, culturales y económicos, inédito en la historia de nuestro país. Y es que esta revolución ha tocado la Educación, columna vertebral de cualquier sociedad, creando un sistema educativo que estimula la democracia participativa y el desarrollo endógeno.
Para nadie es un secreto que el sistema educativo venezolano no estimulaba a los jóvenes al aprendizaje y no buscaba el desarrollo integral del país sobre una base colectivista. Los únicos beneficiados del antiguo sistema escolar eran las transnacionales que nutrían sus nóminas con empleados formados en nuestras universidades públicas. La principal característica del antiguo sistema educativo era la exclusión de la mayoría de los jóvenes: los más pobres.

El sistema de exclusión que heredamos
“Hasta la década de los años 1990, de cada 100 niños que ingresaban al sistema educativo venezolano, 18 se graduaban de bachiller y apenas 5 entraban a la universidad. Era un sistema que de manera sistemática reproducía exclusión, lo que traía como consecuencia pobreza social, espiritual y económica. Hasta la fecha han sido incorporados más de 900 mil jóvenes, lo que representa el 70% de los excluidos. Todavía quedan por incorporar 300 mil”, manifiesta Yoama Paredes, directora Nacional de Currículo del Ministerio de Educación (ME).

Así mismo, los pueblos indígenas están participando al construir el proyecto educativo adaptado a cada grupo social, en el cual se están sistematizando las pedagogías propias, dándose cumplimiento al artículo 121 de la constitución que garantiza a dichos pueblos el derecho a una educación propia, respetando sus particularidades culturales. Sin embargo, esto no significa que tengan una educación paralela.

En medio de la celebración del día de la Juventud venezolana y de la conmemoración de la batalla de la Victoria llevada a cabo el 12 de febrero de 1814, la revolución Bolivariana avanza en la construcción de una nueva concepción y estructura de la educación bolivariana, como proceso continuo, definida y concebida desde lo humano. Por ello, la nueva estructura responde a esa concepción: Simoncito, Escuela Bolivariana, Liceo Bolivariano, Escuela técnica Robinsoniana y Universidad Bolivariana.

Educación sin pertinencia

¿Cómo definir al antiguo sistema educativo venezolano?
“La educación que se impartía era una educación sin pertinencia, es decir, que no formaba ciudadanos conscientes de sus deberes y derechos así como del amor que debe sentirse por el lugar donde se nació. Jóvenes con varias materias reprobadas sin ningún tipo de interés por el aprendizaje, precisamente en la edad donde más interés se tiene por aprender. Aparte de los problemas económicos que tenían los niños, niñas y adolescentes, el sistema educativo no les respondía ni en lo pedagógico ni en lo curricular. Eran los niños que se tenían que adaptar a un sistema que desestimulaba las ganas de aprender, de investigar y de sentir placer por el estudio”.

La educación Bolivariana: un vuelco de 180 grados
La revolución educacional bolivariana dio un giro de 180 grados con dirección al progreso, la prosperidad y el desarrollo endógeno. A partir de los años 2003-2004 se crea el concepto de Liceo Bolivariano. Finalmente, se crearon las misiones Robinson, Ribas y Sucre para cancelar la deuda social y educacional que tenía el Estado venezolano con las personas que habían sido excluidas durante más de 40 años.

¿Cuáles son las características de la Educación Bolivariana?
“Integración de áreas del conocimiento: el principal objetivo de la educación Bolivariana es la búsqueda de la “desasignaturización” del curriculum. En nuestro país, el tema de la educación se redujo a la aprobación de las asignaturas. De esta manera, el conocimiento se daba de manera fracturada. Los muchachos no podían percibir la integralidad entre la ciencia y el bolivarianismo, cuando todos sabemos que el mundo es una totalidad integrada.

En este sentido, se busca criticar la educación bolivariana debido a que ya no se rige por la asignaturización del conocimiento como sinónimo de calidad. Cuando se dice que el sistema ha perdido calidad es porque ya no responde al modelo anterior que desestimulaba el aprendizaje y el desarrollo integral de los jóvenes.

La segunda característica de la educación media bolivariana es la productividad. La educación implementada por los liceos bolivarianos estimula en los jóvenes la elaboración de proyectos productivos. Mucho se hablaba de que cuando joven egresaba como bachiller, no estaba capacitado para ejercer ninguna actividad productiva. Se decían cosas como que “el bachiller no sabe ni poner un bombillo”. Estos proyectos productivos están destinados a promover el desarrollo endógeno.

Esto se comentaba, debido a que nuestros bachilleres estaban cargados de muchos contenidos memorísticos en su cabeza, los cuales con el tiempo se iban perdiendo en la medida en que no desarrollaban procesos ni en el saber, ni en el hacer, ni en el convivir para poder generar un ser social, solidario, creativo y productivo.

El tercer elemento que más motiva a los muchachos y muchachas, porque lo hemos visto y vivido, es el trabajo comunitario. Desde que los muchachos y muchachas entran al Liceo Bolivariano comienzan a hacer lo que llamamos “la indagación de contexto”. Ellos se empiezan a zambullir en el propio contexto de su comunidad, en lo que es lo social, lo económico, lo político, lo cultural, ambiental, geográfico e histórico. Los primeros meses del año escolar, comienzan a hacer ese trabajo. Se van a las calles, hacen encuestas, entrevistas y reúnen con la gente en mesas de trabajo, conjuntamente con los docentes y la comunidad”.

Según Paredes, la indagación de contextos permite hacer diagnósticos que tienen como orientación la participación. Se comienza entonces la elaboración de proyectos. Éstos no surgen fuera de la comunidad sino que provienen de la búsqueda y del diagnóstico. A través de la investigación, los jóvenes son capaces de enterarse de graves problemas, los cuales van desde saber que un vecino padece una enfermedad terminal como el cáncer hasta problemas de diarreas en la comunidad. De esta forma participan en una gesta liberadora, al igual que en 1814 lo hicieron los jóvenes héroes de la batalla de La Victoria, solo que llevando amor en vez de armas.

Nuevas maneras de organizarse y participar

¿De qué manera se están organizando los estudiantes para participar?
“Dentro de los liceos bolivarianos ha cambiado la manera de organizarse. Figuras como el “delegado de curso” o “centros de estudiantes”, han desaparecido porque dejaron de responder a las necesidades de una participación genuina y protagónica. Se comenzaron a gestar las Vocerías Estudiantiles, como su nombre lo dice, no son representantes sino voceros de adentro hacia fuera. Se trabaja de manera más horizontal. Los centros de estudiantes copiaban el modelo de “democracia representativa” en la cual se delegaba y no se participaba. Ahora, los jóvenes construyen sus acuerdos de convivencia, conjuntamente con los representantes y el resto del personal docente, obrero y administrativo.

En el modelo anterior existía una intención más o menos deliberada de que el muchacho no se integrara y no se preocupara por los procesos, por su país en líneas generales. Tenía que ver con el modelo de sociedad y el modelo educativo. En una sociedad con estas características, la escuela no es culpable, pero sí instrumento para perpetuar este sistema perverso”.

Una educación para desadoctrinar

¿Qué piensa usted de las opiniones que dicen que el nuevo modelo educativo está adoctrinando a los jóvenes?
“La gente de la oposición dice que el gobierno está secuestrando la educación, porque en el nuevo Estado no sólo está incluida la familia, sino también el Gobierno y la sociedad en general. En ese sentido, las escuelas y liceos privados han estado generando una pugna política por cualquier decisión que tome el gobierno. Sin embargo, la educación privada se ha venido incorporando progresivamente en virtud de la información que el Ministerio del Poder Popular para la Educación le ha ido suministrando. Allí hemos ganado mucho espacio pero en los llamados liceos de “prestigio”, como los de orientación católica, siguen ofreciendo más resistencia que el resto de la mayoría de las instituciones educativas privadas”.

¿A qué se debe esa resistencia?
“Se debe a que estas escuelas y liceos persisten en perpetuar el modelo individualista y de competencia: “los hijos míos tienen que ser más especiales y mejores que los demás, o más distinguidos”. Estamos desmontando un modelo. El nuevo sistema educativo no está adoctrinado como dicen algunas personas, instituciones y medios de comunicación privados de manera mal intencionada. Al contrario, este sistema está desadoctrinando a nuestros jóvenes de un proceso de enajenación en el cual la gente no se conmueve por el dolor ajeno.

Para tener una sociedad de competencia el ser humano se tiene que enajenar. Nuestras raíces de convivencia fueron obstruidas. Fuimos adoctrinados, adiestrados, entrenados y capacitados para vivir en un mundo de supervivencia. No puede haber autodeterminación de un pueblo cuando éste está enajenado. Para que podamos trabajar con jóvenes de 14 años, primero tenemos desenajenarnos”.

¿Cómo ha sido este proceso de desenajenar a los docentes?
“Ha sido un proceso difícil, no porque los docentes sean malas personas o tengan malas intenciones, sino por la formación que les fue inculcada en el sistema anterior. Por otro lado, los docentes alegaban que eran autónomos en su cátedra y que no se prestarían para “adoctrinar”. Con el nuevo paradigma educativo, los profesores comenzaron a recorrer la comunidad conjuntamente con sus alumnos. Por supuesto que ha habido resistencia por miedo a lo desconocido y sobre todo el que transmitieron los medios de comunicación social. Había miedo, dudas, confusión y resistencia. En la actualidad están contentos. Los docentes confiesan que ahora son más queridos y respetados por los estudiantes debido a las nuevas maneras de relacionarse entre ambos”.

La educación aumenta su calidad

¿Ha disminuido la calidad de la educación debido a estos cambios?
“La calidad basada en un curriculum y en contenidos perdió la razón de ser. Al hablar de calidad, tenemos que tomar en cuenta que los parámetros son otros. Calidad significa que un bachiller pueda desenvolverse en la sociedad que le toca vivir y ser capaz de transformarla si esa sociedad no sirve. Se dice que se ha perdido calidad educativa, lo cual no es cierto. Se habla de pérdida de calidad educativa en donde nunca la hubo. Tenemos el derecho de definir el concepto de calidad y generar calidad educativa. Nuestros bachilleres no desarrollaban capacidades humanas ni en el saber, ni en el hacer, ni en el convivir. De igual manera, no desarrollaban destrezas en el análisis, en la síntesis, en el discernimiento, en la resolución de problemas y en la actuación bajo incertidumbre, todo cual constituye un proceso cognitivo de alto nivel”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario